Cuantas veces nos hemos encontrado durante nuestros viajes por otros países con traducciones incorrectas a nuestro idioma, que a veces resultan ser hasta simpáticas pero que también pueden dañar la imagen de una empresa.
Las peores traducciones al ruso en distintas partes del planeta.
Que hoy en día es casi imposible vivir sin conocimiento de lenguas extranjeras – es una realidad. Por ello, si los conocimientos propios no son suficientes, las traducciones con diccionarios online son la peor solución que puede implementar el propietario de un negocio, porque las consecuencias pueden ser imprevisibles.
En la imagen que encabeza este post, en ruso está escrito «Petróleo con ajo» cuando originalmente se trata de «Aceite con ajo» que por alguna razón fue traducida erróneamente, probablemente utilizando un traductor online gratuito.
Si el propietario de este establecimiento se hubiera percatado de lo que está expuesto en su ventanilla seguramente se lo pensaría 2 veces la próxima vez antes de usar un traductor online gratuito, decantándose así por un traductor profesional.
¿Por qué pasa esto?
El problema radica en que los traductores gratuitos, cómo Google Translate, no son nada precisos en sus traducciones (comprobado mil veces), además, en el caso concreto de Google Translate, la aplicación web está abierta a los usuarios para que estos puedan corregirlas, de modo que si alguien carece de conocimientos suficientes ó tiene malas intenciones entonces tenemos un problema.
Nota 22/01/2015: este ejemplo ha sido corregido.
Ahora comprobaremos esta traducción mediante Google Translate :
Si ponemos diccionario ruso – español y ponemos «petróleo» en ruso nos sale – ACEITE.
Si ponemos «aceite» en castellano, la traducción en ruso es correcta.
Por su parte, si escribimos «aceite» en ruso nos sale petróleo.
Otro de los problemas más comunes a la hora de utilizar diccionarios gratuitos es la pobreza (escasez) de traducciones de nombres propios.
El ejemplo que os dejamos a continuación lo deja más claro. El chillo es un pescado, pero también puede ser traducido cómo «grito», así sucedió en este cartel. En algunas ocasiones puede provocar una sonrisa, pero sin lugar a dudas da muy mala imagen a la empresa.